No obstante, si se excluyen los precios de ese combustible en junio, que fueron 54,6 por ciento superiores a los del mismo mes de 2021, la inflación se sitúa en un preocupante 6,5 por ciento, señaló la EC.
Mientras, los economistas observan señales esperanzadoras en la ralentización de la subida de los precios de alimentos y vivienda pues, sin contabilizar la energía y la alimentación, el aumento de la inflación básica de mayo a junio fue del 0,4 por ciento.
Pero el panorama general resulta complejo: la cifra alcanzada en el índice de precios al consumidor, la más alta en el país desde 1983, se corresponde con las previsiones del Banco de Canadá, que vaticinó un incremento en la inflación superior al 8,0 por ciento y concretó que los niveles se mantendrán elevados durante lo que resta de año.
En ese contexto, cobra sentido la sorpresiva alza de un punto porcentual en las tasas de interés anunciada el 13 de julio, cuando la entidad bancaria apostó por su cuarta subida consecutiva y situó los tipos en 2,5 por ciento.
En medio de su batalla para contener una inflación sin precedentes, el Banco de Canadá mostró preocupación, además, porque la economía nacional se estanque y recortó su crecimiento a 3,5 por ciento este año, 1,75 por ciento en 2023 y 2,5 por ciento en 2024.
La institución financiera advirtió que su principal objetivo es contener la inflación por lo que prevé mantener acusadas subidas de intereses hasta dominar su crecimiento, pero varios expertos advierten sobre el impacto que esta política puede tener en una posible recesión.
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