La entidad intenta de esa manera frenar la mayor inflación registrada en la nación norteña en los últimos 40 años (9,1 por ciento), a pesar de los riesgos de recesión a los cuales podría conducir esta decisión, de acuerdo con los economistas.
La medida adoptada por la Junta de Gobernadores del sistema de la Reserva Federal, luego de dos días de reunión, sitúa la tasa de interés oficial entre el 2,25 y el 2,5 por ciento, pero podrían ocurrir nuevos incrementos en el futuro.
El presidente de la FED, Jerome Powell, declaró que la institución financiera está dispuesta a continuar con el aumento de los tipos y a arriesgarse a una recesión, hasta que existan evidencias claras de un acercamiento de la inflación a la meta del dos por ciento.
Estados Unidos comenzó a modificar la tasa de referencia en el mes de marzo y desde entonces pasó desde cero hasta los valores actuales, con aumentos de 0,75 puntos que no se veían desde 1994.
Este es el ciclo de endurecimiento de la FED más agresivo desde la década de los 80 del pasado siglo y los especialistas temen que como entonces pueda conducir a la estanflación (estancamiento de la economía y espiral de precios y salarios) y la parálisis de la economía.
Actualmente los efectos de la medida antinflacionaria son observables en el mercado de la vivienda, cuyas ventas llevan prácticamente detenidas por cinco meses consecutivos.
La FED señaló igualmente este miércoles que continuará la reducción de su cartera de deuda pública del Gobierno estadounidense, de la cual acumula casi nueve billones de dólares.
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