Desde enero fueron revisadas 352 declaraciones y las audiencias continuarán hasta finales de año cuando se elaborará un informe que será remitido a la Conferencia Episcopal nacional.
Don Manuel Clemente, el más alto cargo eclesiástico en el país, declaró en abril pasado que la Iglesia estaba dispuesta a «reconocer los errores del pasado» y a «pedir perdón» a las víctimas de violencia sexual.
En tanto el patriarcado de Lisboa reafirmó el miércoles su «total disponibilidad» para cooperar con las autoridades.
Esa postura sucede a revelaciones sobre un nuevo caso en el que la Iglesia optó por mantener en funciones a un sacerdote sospechoso de agresiones sexuales, según la prensa nacional.
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