Durante una visita a la industria Siemens Energy, el canciller señaló que, aunque las plantas nucleares «solo son adecuadas para la producción de electricidad y solo para una pequeña parte de ella, podría tener sentido mantenerlas abiertas».
El desarrollo de las energías renovables, que podrían reemplazar a la energía nuclear y el carbón, está siendo más lento de lo esperado y muy desigual en distintas regiones del país, argumentó.
En medio de las tensiones por la disminución de los suministros de gas natural ruso a raíz de las sanciones europeas al gigante euroasiático, Alemania estudia alternativas que le permitan garantizar calefacción y electricidad para el invierno.
Las tres centrales nucleares aún en funcionamiento -en Baviera, Baja Sajonia y Baden-Wurtemberg- aportan actualmente el 6 por ciento de la producción neta de electricidad.
No obstante, de concretarse la prolongación el país echaría por tierra la meta de abandonar totalmente la producción de energía nuclear a finales de 2022.
La decisión definitiva, que actualmente divide a la coalición gubernamental, se tomará durante las próximas semanas en función de los resultados de un análisis especializado.
«Una vez que se conozcan los resultados de esta prueba de estrés, sacaremos nuestras conclusiones», dijo Scholz.
El fin de semana previo, el Partido Liberal dirigido por el ministro de Finanzas, Christian Lindner, propuso aplazar la desconexión de las centrales en funcionamiento y reactivar otras tres.
Los verdes, liderados por el ministro de Economía y Clima Robert Habeck, descartan ambas opciones, pero las corrientes más pragmáticas del propio partido ecologista empiezan a valorar una prolongación de la actividad en las tres aún en funcionamiento, más allá del 31 de diciembre de 2022.
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