A media mañana, el crudo Brent, de referencia en Europa, bajó 50 centavos (0,5 por ciento), hasta quedar en 93,62 dólares el barril.
Mientras, en la bolsa de Nueva York el petróleo West Texas Intermediate perdió 66 centavos (0,8 por ciento) y terminó en 87,88 dólares.
De este modo, los precios de los dos referentes llegaron a niveles no vistos desde febrero, en un mercado preocupado por el impacto de la inflación en el crecimiento económico y la demanda, pero con señales de una oferta ajustada.
Por una parte, crecen los temores a una posible recesión económica luego de que el Banco de Inglaterra advirtió el jueves sobre una larga desaceleración tras su mayor subida de tasas desde 1995.
De hecho, algunos expertos sugieren que podría comenzar una era de «estanflación», cuando la tasa de desempleo empiece a aumentar y la inflación se mantenga alta.
«Claramente, todo el mundo se está tomando la amenaza de la recesión mucho más en serio, ya que seguimos viendo un mercado muy ajustado y a los productores sin capacidad para cambiar eso», insistió Craig Erlam, analista de mercado senior de Oanda en Londres.
No obstante, se prevé que la preocupación por la oferta vaya en aumento luego de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+) acordó esta semana elevar su objetivo en apenas 100 mil barriles diarios.
Los precios podrían volver a subir, a la espera de la entrada en vigor de las sanciones europeas que prohíben las importaciones marítimas de crudo y derivados desde Rusia.
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