En su intervención durante la X Conferencia de Seguridad Internacional celebrada aquí, el jefe militar adelantó que se tienen algunas conclusiones al respecto, la cuales fueron incluidas en la Doctrina Naval aprobada por el presidente Vladimir Putin en julio, no obstante, aseguró que siguen trabajando en esta dirección.
Para Shoigú, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con la adhesión de Estocolmo y Helsinki no está relacionada con la operación especial rusa en Ucrania.
«El acercamiento de estos países con la Alianza Atlántica se viene dando desde hace muchos años. De hecho, la asociación regional Nordefco (Cooperación de Defensa Nórdica) es una filial de la OTAN y sirve para encubrir la participación de las naciones escandinavas en los entrenamientos de combate conjuntos», denunció.
En ese sentido, añadió que el fortalecimiento del bloque militar en el flanco oriental consume la degradación de los mecanismos de confianza y control de armas, constituidas en Europa durante la Guerra Fría.
Al respecto, el titular de Defensa ruso consideró «difícil» que en estas circunstancias se llegue a un acuerdo sobre la limitación de armas estratégicas ofensivas.
Asimismo, ridiculizó las afirmaciones de que Rusia debe “ganarse el derecho” para dialogar con Estados Unidos, al tiempo que lamentó que la Secretaría de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), concebida como una plataforma de diálogo, se convirtiera en una «generadora de narrativas antirrusas».
«El rechazo de Occidente a un mundo multipolar se observa claramente en la región de Asia y el Pacífico», indicó Shoigú, y puso como ejemplo “la provocadora» visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a Taiwán, la cual calificó como «un paso más hacia la desestabilización de la situación en esa región».
Por otra parte, el ministro ruso advirtió que la alianza Aukus establecida entre Washington, Reino Unido y Australia puede convertirse en un «bloque político-militar».
En el marco de esa cooperación, Shoigú alertó que la Casa Blanca debe ayudar a Canberra con tecnologías necesarias para dotarse de submarinos de propulsión nuclear. “El surgimiento de una flota de sumergibles nucleares en Australia, provocará que otros países hagan lo mismo”, pronosticó el jefe militar.
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