‘Las autoridades de estos países no deben dudar de nuestra respuesta. Es posible que sus diplomáticos ya comiencen a averiguar cuál de ellos tendrá que hacer su maleta’, dijo la representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, según la agencia de noticias Sputnik.
Tanto Letonia como Estonia expulsaron de las embajadas rusas en sus países a un empleado cada una, mientras Lituania lo hizo con dos.
El Gobierno de Praga denunció el sábado la presunta implicación de la inteligencia rusa en las explosiones que causaron dos muertos en el almacén de municiones en Vrbetice, en la región de Zlin, en 2014.
Ese día expulsó a 18 empleados de la embajada rusa en Praga señalados como presuntos agentes de los servicios secretos de Rusia y el domingo, en respuesta, la Cancillería rusa declaró persona non grata a 20 checos de su misión en Moscú.
Rusia calificó de ‘absurdas’ las acusaciones y consideró parte del rumbo antirruso que ha caracterizado la política de Praga en los últimos años.
La víspera, el canciller checo, Yakub Kulganek, exigió a Rusia que garantice el regreso a la embajada de Praga en Moscú de su personal expulsado, pues, de lo contrario, la plantilla de la misión rusa en esa nación se recortaría, a cinco funcionarios, siguiendo el ejemplo de Moscú.
De cumplirse, Rusia y la República Checa dispondrán de la misma cantidad de personas en sus respectivas embajadas, con siete diplomáticos y 25 empleados técnico-administrativos.
Al respecto, Zajárova calificó de inaceptable el ultimátum checo a Rusia.
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