El canciller de la nación caribeña señaló que es urgente actuar con mayor fuerza en términos de mitigación y adaptación, con el objetivo de alcanzar la meta de limitar el aumento de la temperatura media global a 1.5 Celcius.
El jefe de la diplomacia igualmente insistió en lo imperativo de ‘hacer valer el respeto al principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas’, y al derecho de todos los pueblos al desarrollo y al disfrute de un ambiente sano.
‘Las naciones desarrolladas deben honrar sus compromisos internacionales respecto a la transferencia de tecnología, la Ayuda Oficial al Desarrollo, y la financiación climática’, exhortó Rodríguez.
Añadió que los países industrializados tienen esa responsabilidad histórica, debido al ‘daño a la Madre Tierra y por siglos de colonialismo y saqueo de nuestros recursos naturales’.
Puso como ejemplo que América Latina y el Caribe, a pesar de ser responsable solo del 8,3 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta, es una de las regiones más golpeadas por los desastres naturales, que ocasionaron 500 mil muertes en 49 años.
En el caso de Cuba y las naciones del Caribe y Centroamérica, son particularmente afectadas por fenómenos hidrometeorológicos severos, los cuales aumenta cada vez más su frecuencia e intensidad.
‘Trabajemos de conjunto para lograr el pleno cumplimiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, aun cuando conocemos sus limitaciones’, enfatizó el canciller cubano.
El ministro de la nación caribeña saludó la convocatoria al evento, que permite abordar la temática con enfoque propio desde el Sur, en un escenario marcado por una compleja crisis internacional, exacerbada por la pandemia de Covid-19.
ga/kmg