El paro, primero que se produce en la principal instalación portuaria del Reino Unido desde 1989, amenaza con causar serias interrupciones en la cadena de suministros, y se suma a las protestas protagonizadas en los últimos días por los trabajadores ferroviarios, del metro de Londres y los choferes de los ómnibus capitalinos.
La gente de Felixstowe no es muy radical, y es por eso que no hemos tenido disputas desde hace 30 años, pero está molesta porque una compañía que ganó más de 240 millones de libras esterlinas (unos 283 millones de dólares) en los últimos dos años se niega a compartirlos con ellos, afirmó Robert Morton, representante del sindicato Unite.
Sharon Graham, secretaria general del gremio que agrupa a más de un millón 400 trabajadores de diferentes sectores, apuntó, por su parte, que el puerto es “enormemente rentable”, por lo que se puede permitir otorgarles a sus trabajadores un incremento salarial decente.
Según Unite, el alza del siete por ciento ofrecido por la patronal resulta insuficiente frente a una inflación que se situó en el 10,1 por ciento en julio, y podría superar el 13 por ciento a finales de año.
La administración del puerto de Felixstowe, que manipula casi la mitad del tráfico de contenedores del país, se declaró decepcionada por la negativa de los dirigentes del sindicato a aceptar una oferta que considera justa.
Los empleados de correo, el personal de salud, los abogados y los maestros del Reino Unido también amenazan con ir a la huelga en las próximas semanas, para exigir un aumento salarial que les permita hacer frente a la crisis del costo de la vida.
El gobierno conservador destinó un paquete de ayuda que contempla la entrega a cada hogar de 400 libras esterlinas (casi 500 dólares) para compensar el alza del precio de la electricidad y del gas, pero el primer ministro interino Boris Johnson admitió que esos fondos resultan insuficientes.
Johnson, quien dimitió al cargo en julio pasado, advirtió, no obstante, que culaquier otra medida para paliar la crisis correrá a cargo del ganador de las elecciones internas que disputan el exministro de Hacienda Rishi Sunak y la canciller Liz Truss.
El nuevo líder del Partido Conservador y primer ministro británico será escogido por los 160 mil afiliados al partido, quienes representan el 0,3 por ciento del electorado británico, y tienen hasta el 2 de septiembre para emitir sus votos vía correo postal o electrónico.
El nombre del ganador será anunciado tres días más tarde, cuando el Parlamento británico reanude sus labores luego de las vacaciones de verano.
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