Es objetivo central del evento que sesionará a partir del martes en Yamena, la capital chadiana, es lograr acuerdos para marchar hacia el establecimiento de la autoridad civil, que deberá concluir la transición iniciada tras el deceso en 2021 del presidente Idriss Deby Itno.
El mariscal Deby Itno pereció el 20 de abril del pasado año, víctima de las heridas sufridas en combate contra la coalición insurgente Frente para la Alternancia y la Concordia en Chad (FACT) y su hijo Mahatma le sucedió al frente del país.
La muerte del gobernante ocurrió poco después de ganar los comicios generales en los que el electorado le eligió para otros seis años de presidencia, tras cumplir 30 en el poder y ser identificado como figura clave en la lucha contra las facciones integristas.
A la sucesión en el mando le acompañó el criterio de que la violencia era lo definitorio, lo cual puso en dudas el pronóstico de que se abriera otro proceso negociador en África.
Sin embargo, ahora se observa el cambio de dirección en el entramado político chadiano, lo cual no sorprende porque desde hace meses hay señales de acercamiento con los diversos actores incluyendo las guerrillas.
El presidente de la transición opinó que el diálogo nacional es decisivo para el país e invitó a todos a confiar en el futuro con el compromiso de un nuevo contrato social, cuyos contornos corresponderá determinar en la reunión.
Durante la apertura del evento, Mahatma Idriss Deby también consideró que los intercambios correspondientes representan «una última cita para un nuevo comienzo».
Según medios de prensa, se prevé que el diálogo sesione durante 21 días, luego de iniciarse oficialmente mañana las conversaciones y en cuyo proceso podrían participar –directamente o no- unas mil 400 personas.
Para llegar a ese evento el gobierno -Consejo Nacional de Transición (CNT)– realizó acuciosas gestiones políticas, que incluyeron la firma en Doha, capital de Qatar, de un preacuerdo de transición con más de 40 grupos armados.
Los encuentros entre las partes chadianas fueron facilitados por las autoridades del país árabe, tras el rechazo de algunos movimientos insurgentes a dialogar directamente con el Gobierno del CNT.
Ese respaldo posibilitó que el pasado 8 de agosto se firmara un acuerdo de paz entre la junta militar y 42 formaciones rebeldes, lo que ayudó pasar a un plano superior hacia el entendimiento y la reconciliación.
No obstante esas negociaciones previas, 18 facciones rechazaron algunos términos concretados en la urbe qatarí, la reacción más relevante procedió del FACT, considerado el grupo político-militar más grande del país.
En principio, ese Frente se pronunció contra las negociaciones pese a ser aceptadas por formaciones como la Unión de Fuerzas de la Resistencia, de Timan Erdimi, y la Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo, de Mahamat Nouri, cuyos jefes se trasladaron a Yamena para participar en el diálogo.
Por su parte, en la ceremonia de apertura del encuentro el pasado sábado, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, el chadiano Moussa Faki Mahatma, solicitó a los líderes de la junta militar actuar con responsabilidad.
«Si quieren decidir en la dirección de la historia y en el mejor interés del pueblo, entonces decidan en esa dirección. Si quieren seguir dando vueltas e ignorando, pues seguid haciendo como hasta ahora, ignorando las demandas de una población que lleva mucho tiempo callada», declaró Faki Mahatma.
Asimismo, el funcionario de la Unión Africana afirmó que el papel de su organización no es hacer algo contra la voluntad de las autoridades chadianas ni del pueblo: “Simplemente (es) poder acompañarlos en sus decisiones cuando son conformes con sus principios».
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