Según un comunicado de la Cancillería francesa, el intercambio de criterios telefónico estuvo centrado en las modalidades de envío de una inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a la instalación, controlada por Rusia como parte de sus operaciones militares lanzadas contra Ucrania el 24 de febrero.
Las partes se acusan mutuamente de bombardear la central, la más grande de Europa, y Moscú llegó a acusar a Kiev de “terrorismo nuclear” y convocó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, en medio de un escenario preocupante para la comunidad internacional.
Colonna y Lavrov dieron continuidad al diálogo del 19 de agosto entre Macron y Putin, el primero desde finales de mayo entre los mandatarios, quienes coincidieron en la importancia de realizar sin demora una inspección de la OIEA a la planta nuclear de Zaporozhie.
La versión francesa de la conversación de los cancilleres señala que Colonna reiteró “la determinación de Francia a mantener su apoyo a Ucrania ante el carácter ilegal e injustificado de la agresión rusa”.
El comunicado no recoge lo expresado por Lavrov, pero Moscú contradice la visión de París acerca de los acontecimientos en Ucrania y denuncia que occidente utiliza a ese país como punta de lanza para extender la amenaza contra Rusia en el este de Europa.
También hoy, Macron intervino mediante un mensaje por video en la “Plataforma Crimea” promovida el año pasado por Kiev, y sus palabras reflejaron la misma postura hostil hacia Moscú.
En una parte de su discurso, el jefe de Estado instó a Rusia a cesar las hostilidades y a optar por la diplomacia para restablecer la paz, y acto seguido pidió “sin ambigüedad usar todas las formas diplomáticas para defender a Ucrania, su territorio y su futuro”.
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