Según medios de prensa, la iniciativa diseñada bajo el eslogan “Con los demócratas, el Gobierno trabaja para ayudar a los que más lo necesitan”, dará una ayuda económica a buena parte de la población y podría impulsar un mayor respaldo a los demócratas justo antes de las elecciones de medio término en noviembre.
No obstante, los críticos asumen que la eliminación de la deuda permitirá a los prestatarios gastar mucho más en un corto período de tiempo, lo que hará subir la demanda y, por tanto, los precios.
En opinión de la economista Beth Akers, el resultado neto del plan de condonación es más político que económicamente coherente.
“Si Biden estuviera en esto para ayudar a los prestatarios en apuros, estaría trabajando con el Congreso para promulgar una reforma sistémica que mejorara las cosas para los futuros estudiantes”, señaló la experta citada por el diario The Hill.
Para quien fuera asesor de los expresidentes Bill Clinton (1993-2001) y Barack Obama (2009-2017), Jason Furman, “echar aproximadamente medio billón de dólares de gasolina al fuego inflacionario que ya está ardiendo es imprudente”.
El esquema del plan anunciado la víspera perdonó el pago de hasta 10 mil dólares para aquellos prestatarios con ingresos inferiores a los 125 mil dólares anuales, mientras para los incluidos en el programa Beca Pell la condonación será de 20 mil.
Según estimaciones de La Casa Blanca, si todos los que son elegibles reclaman el alivio, 43 millones de prestatarios de préstamos estudiantiles federales serán beneficiados, de ellos 20 millones tendrán su deuda completamente cancelada.
En un contexto caracterizado por ataques de los republicanos a la administración demócrata por el aumento de los precios, con el anuncio el gobernante respondió a la presión de cientos de legisladores de su propio partido, quienes en una reciente carta le pidieron suspender o postergar otra vez los pagos.
Si bien la orden de Biden debe otorgar al menos 300 mil millones de dólares de alivio a lo largo de una década, varios expertos no creen que vaya a desencadenar una oleada de gasto de los consumidores similar a las anteriores rondas de cheques de estímulo repartidos durante el apogeo de la pandemia de Covid-19.
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