Una rama del autodenominado grupo terrorista Estado Islámico se adjudicó la autoría del ataque, ocurrido el 26 de agosto de 2021 fuera del aeropuerto de la capital afgana, que según cifras oficiales dejó también más de un centenar de víctimas fatales civiles de ese país.
«Eran hijos e hijas queridos, hermanos y hermanas (…) Cada uno llevaba consigo el orgullo de su propia y única historia y las esperanzas de los seres queridos que los alimentaron», expresó Biden en un comunicado al nombrar a cada uno de los miembros del servicio caídos, entre los que había 11 infantes de marina y un médico de la Armada.
El atentado supuso un duro golpe para Estados Unidos, ya que reportó el mayor número de bajas de sus tropas en un día en más de una década y se produjo en medio de una criticada y caótica salida de ese país.
Biden, quien ha insistido en que no se arrepiente de la gestión de la retirada, argumentó que permanecer allí habría costado más vidas estadounidenses.
También expresó que lleva en su “corazón a todos aquellos que perdieron a su hijo, pareja, padre, hermano, ser querido o compañero de batalla durante nuestras dos décadas de guerra en Afganistán».
Al menos dos mil 461 soldados estadounidenses fallecieron durante ese tiempo y 20 mil 744 resultaron heridos, muchos de ellos con lesiones que los incapacitaron de forma permanente.
La invasión y ocupación de la nación centroasiática, en octubre de 2001, fue la respuesta de la Casa Blanca en lo que denominó su cruzada global contra el terror tras los atentados de Al Qaeda el 11 de septiembre en Nueva York.
Estados Unidos señaló a Afganistán como posible refugio del entonces cabecilla de Al Qaeda, Osama Bin Laden, a quien mató una década después mediante una operación especial en Pakistán, ordenada por el entonces presidente Barack Obama.
El conflicto en Afganistán, que llegó a su final el 30 de agosto de 2021 con la retirada de las últimas tropas presentes en Kabul, costó unos 2,3 billones de dólares, de acuerdo con datos del proyecto Cost of War de la Universidad de Brown (Rhode Island).
Al calificar de fracaso esa guerra el documentalista y activista Michael Moore dijo que su país fue derrotado “por un ejército desordenado que no tenía ni un solo helicóptero, ni un solo caza a reacción (…), ni un maldito tanque a la vista”.
En ese sentido, criticó todo el dinero gastado en los 20 años del conflicto “mientras los pobres en Estados Unidos se quedaban sin comida, sin atención médica y sin escuelas decentes”.
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