Los demócratas lograron recientemente una serie de victorias legislativas importantes, la protección del derecho al aborto demuestra ser un tema motivador para los votantes de todo el país y los precios de la gasolina bajan, y esos son puntos a favor.
Al propio tiempo, a medida que la campaña electoral de cara a los comicios de intermedios (midterms) del 8 de noviembre empieza a tomar forma, queda claro que los republicanos están sufriendo un problema de calidad de candidatos perjudicial en carreras clave al Senado.
Algunos de esos aspirantes, entre ellos, Blake Masters en Arizona, Herschel Walker en Georgia, Mehmet Oz en Pensilvania y J.D. Vance en Ohio, son señalados por sus posiciones extremas, falta de experiencia o sus vulnerabilidades personales, haciéndolos más susceptibles de ser derrotados que un republicano más convencional, reseñó el diario.
El pronóstico del rastreador FiveThirtyEight da en este momento a los demócratas un 64 por ciento de posibilidades de mantener el control del Senado, frente al 50 por ciento hace unas semanas.
En ese sentido, el líder de la minoría en la Cámara Alta, Mitch McConnell, admitió que hay «una mayor probabilidad de que la Cámara de Representantes cambie de bando que el Senado” y citó estos problemas de «calidad del candidato» en el lado de su partido.
El actual escenario, que combina noticias alentadoras para los demócratas y debilidad de los candidatos adversarios da al partido de gobierno una oportunidad mejor de lo esperado de conservar su mayoría en el hemiciclo.
Además, la reciente y sorprendente victoria del demócrata Pat Ryan sobre el republicano Marc Molinaro en las elecciones especiales para el distrito 19 del Congreso de Nueva York apuntan a que las perspectivas del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes ya no son tan sombrías como antes, afirmó The Hill.
Lo ocurrido en Nueva York es visto aquí por los analistas como un indicador nacional de la actuación de los azules en noviembre.
Aunque una victoria demócrata en la Cámara de Representantes sigue siendo una posibilidad remota, desde la decisión del Tribunal Supremo el 24 de junio que anuló el caso Roe contra Wade sobre el derecho al aborto, se produjo un giro de tres puntos hacia los azules en el tanteo de votos genéricos de FiveThirtyEight.
Ello es un fuerte indicio de que el aborto es un tema motivador que podría ayudar a los demócratas a superar las expectativas en las elecciones de la Cámara de Representantes.
De hecho, el mes pasado, los electores de Kansas -un estado que no ha votado a un presidente demócrata desde Lyndon B. Johnson en 1964, y que eligió a Donald Trump en 2020- rechazaron por abrumadora mayoría una propuesta de enmienda constitucional que habría permitido a los legisladores estatales restringir o prohibir el aborto.
La participación en Kansas superó la de años anteriores de elecciones generales, lo que demuestra que la energía que rodea el tema ayudaría a los demócratas a reducir la ventaja de los republicanos en cuanto al entusiasmo de los votantes. Además, los últimos logros legislativos del Partido Demócrata también contribuyen a reforzar su viabilidad política.
El presidente Joe Biden promulgó un paquete de gastos denominado Ley de Reducción de la Inflación, diseñado para combatir el cambio climático, abordar los costes de la atención sanitaria y reducir el déficit nacional mediante la imposición de un impuesto mínimo del 15 por ciento a las empresas, entre otras disposiciones.
Aunque la ley no aborda todas las prioridades demócratas, sí es un triunfo que pueden mostrar a los votantes, tras el fiasco con el plan Build Back Better (Reconstruir mejor) del año pasado.
Sin embargo, esto no significa que desapareció la vulnerabilidad de los demócratas de cara a las legislativas.
Pese a que la aprobación del trabajo del Presidente 46 subió ligeramente en el último mes, ese poco más del 41 por ciento que aprueba ahora su gestión ofrece a su vez una lectura del lado contrario: 53 por ciento de los votantes lo rechazan.
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