Biden, quien volverá a ese estado el próximo lunes para celebrar el Día del Trabajo, hablará este martes en la Universidad de Wilkes, semanas después de que su visita inicial se aplazara al dar positivo a la prueba de la Covid-19.
Los últimos meses Estados Unidos fue escenario de tragedias que conmocionaron a la opinión pública y reavivaron el debate sobre el control de armas de fuego.
Biden firmó el 25 de junio una ley destinada a establecer la regulación de esos medios letales, la más importante en esta materia en casi tres décadas.
«Si bien esta ley no abarca todo lo que quiero, sí incluye medidas que he pedido durante mucho tiempo y que salvarán vidas», dijo el mandatario.
Respaldada por legisladores demócratas y republicanos, la iniciativa introdujo nuevas restricciones al porte de armas y destinó fondos millonarios a la salud mental y seguridad escolar.
La norma fue avalada luego de las masacres ocurridas en mayo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, en la que perdieron la vida 19 niños y dos maestras, y en un supermercado de Buffalo, en el estado de Nueva York, en el que 10 personas negras fueron asesinadas. Estadísticas de organismos especializados arrojan que en este país circulan 390 millones de armas de fuego en manos de civiles, lo que denota que existen más artefactos letales que habitantes.
Como promedio, 40 mil 620 personas fallecen cada año por armas de fuego en territorio estadounidense, o 111 por día, reveló la organización no gubernamental Everytown For Gun Safety.
Por su parte, cifras compiladas por el sitio Small Arms Analytics reflejan en esta nación se vendieron más de 23 millones de armas en 2020, un récord, y casi 20 millones en 2021.
Mientras en lo que va de 2022 se produjeron 450 tiroteos masivos, alertó el rastreador Gun Violence Archive.
“Tenemos que controlar esto”, expresó en su momento Biden al referirse a un flagelo que, en su criterio, desangra al país.
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