«Si ellos introducen limitaciones en los precios del crudo, nosotros simplemente vamos suspender el suministro de hidrocarburos a las compañías o países que acaten esa medida, pues de ninguna forma trabajaremos fuera de las condiciones de mercado», aclaró.
Novak, quien fue ministro de Energía hasta 2020, consideró como un total absurdo la propuesta de introducir restricciones en el precio del petróleo ruso.
Ello constituye una injerencia en los mecanismos de mercado de una esfera tan importante como la de los hidrocarburos, que figura como una de las cruciales en las garantías para una seguridad energética en el orbe, consideró el funcionario.
Tales intentos solo llevarán a una desestabilización de la rama petrolera y de su mercado, subrayó el vicejefe de Gobierno.
En primer lugar, por esa medida pagarán las consecuencias negativas los consumidores, tanto estadounidenses como europeos, quienes ya desembolsan grandes sumas por los energéticos, declaró.
Una limitación de los precios del petróleo ruso puede destruir totalmente ese mercado, opinó Novak, después que el precios de los mil metros cúbicos de gas sobrepasó los tres mil dólares en Europa, en medio de una inflación sin precedentes en esa región.
Ningún estado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ni tampoco China o India apoyan la idea de introducir las citadas limitaciones. No veo ninguna declaración positiva sobre ese absurdo de parte de algún productor en el mercado petrolero, afirmó.
Además, aclaró que Rusia extrae y produce solo lo que se puede extraer y vender. Esos indicadores de producción crecen paulatinamente y si las compañías pueden encontrar mercado, esa tendencia continuará de forma positiva, estimó.
El pasado 24 de febrero el presidente Vladímir Putin anunció el inicio de una operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, tras lo cual Rusia fue sometida a una guerra económica por Occidente, que aplicó contra ella miles de medidas punitivas.
Durante la más reciente cumbre de la Unión Europea, ésta aprobó un embargo gradual a la compra de petróleo a Rusia, que le suministraba más del 25 por ciento del crudo consumido por ese bloque, mientras Estados Unidos eliminó totalmente las compras.
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