Tras visitar esta jornada la referida instalación al frente de un grupo de inspectores del OIEA, Grossi señaló que “aún había mucho por hacer. Mi equipo se queda y, lo más importante, organizamos aquí una presencia permanente”, apuntó.
La jefatura de una delegación de la compañía rusa Rosatom llevó a los especialistas de la entidad internacional a recorrer el territorio de la planta, formada por seis bloques y varias edificaciones auxiliares, y mostró los daños ocasionados por ataques de las tropas ucranianas.
El pasado 24 de febrero, el presidente Vladimir Putin anunció el inicio de una operación militar para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, así como para asistir a un pedido de proteger a su población hecho por las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Tras varias semanas de combate, la región al sur del río Dnieper, de la región de Zaparozhie, hasta su salida al mar de Azov, quedó bajo control de las fuerzas rusas que organizaron la custodia de la central nuclear, de conjunto con el personal que labora en ella.
Pero desde inicios de agosto pasado, la artillería ucraniana arreció los bombardeos contra la ciudad de Energodar, incluidas áreas aledañas a la citada instalación.
Esta semana proyectiles de artillería y misiles dirigidos de fabricación estadounidense dañaron el depósito de desechos sólidos radiactivos de la planta, en medio de advertencias de Rusia sobre las consecuencias catastróficas de las acciones bélicas de Kiev.
De su lado, el mando militar ucraniano negó en todo momento la responsabilidad por los ataques y los presentó como una acción de autoagresión de Rusia para tensar más la situación en esa región.
Esta misma jornada, el ministerio ruso de Defensa informó que, con el empleo de alto poder de fuego, incluida la aviación, fue posible abortar un intento de asalto de la central nuclear por parte de un grupo de sabotaje, compuesto por 60 militares ucranianos.
Vladimir Rogov, miembro del consejo administrativo de Zaparozhie, afirmó que la operación estuvo bajo control de los órganos de seguridad del Reino Unido, donde fueron entrenados los participantes en el ataque.
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