Occidente considera que es necesario, por todos los medios, llevar a nuestro estado a un nuevo ciclo de desintegración, mediante el conflicto en Ucrania, consideró Medvedev, quien fue presidente de Rusia de 2008 a 2012 y primer ministro desde ese año hasta 2020.
El exjefe de estado se refería así a la operación bélica anunciada por el mandatario Vladimir Putin el pasado 24 de febrero para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, cuyo gobierno ya recibió ayuda en armamentos por parte de Occidente por decenas de miles de millones de dólares.
La alianza anglosajona, en referencia a Estados Unidos y Reino Unido, busca hacer todo lo posible para un descalabro de las instituciones del estado, comentó el también máximo dirigente del gobernante partido Rusia Unida.
Además, se aplican medidas para dejar a Rusia sin una dirección efectiva, como ocurrió en el lejano 1991 (cuando se desintegró la Unión Soviética), para, estimó, barrerla de la esfera política, argumentó en su cuenta de Telegram.
Medvedev calificó de sueños sucios los planes de Occidente de partir en pedazos a Rusia, pero advirtió que esos intentos son extremadamente peligrosos y de ninguna forma se pueden subestimar, apuntó.
El exmandatario recordó lo sucedido en la Unión Soviética, en 1991, cuando muchas de las instituciones federales se convirtieron en entidades con un poder vacío, sin control sobre los órganos locales, lo cual, entre otras cosas, desembocó en una disolución brusca de la URSS, opinó.
Medios de prensa capitalinos se refieren a las intenciones de potencias occidentales como Estados Unidos, Reino Unido y varios integrantes de la Unión Europea de aplicar una guerra económica contra Rusia que provoque una repulsa popular interna en este país.
Sin embargo, luego de la aplicación de más de siete mil medidas punitivas contra Rusia, tras el inicio de la operación militar en Ucrania, Europa vive ahora el efecto bumerán de esas restricciones unilaterales, con una crisis energética y una galopante inflación.
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