Con la nueva medida, que entró en vigor este sábado, el litro de gasolina de 90 octanos pasa de siete mil 650 a 10 mil rupias indonesias (0,67 dólares), un 30,7 por ciento más, y el litro de diésel pasa de cinco mil 100 a seis mil 800 rupias (0,46 dólares), un 33,3 por ciento.
El presidente, Joko Widodo, afirmó que esta decisión era la última opción de su Gobierno y la justificó por el aumento de la cantidad dedicada a estos subsidios este año, 33 mil 735 millones de dólares.
Los subsidios para el carburante mantienen controlada la inflación en Indonesia, sin embargo, costaron este año al país, tres veces más que el pasado, debido a la subida global del precio de los combustibles y la depreciación de la moneda del país asiático.
Para compensar el drástico aumento, el mandatario anunció una ayuda económica directa de 150 mil rupias al mes (10 dólares) para 20,65 millones de familias en situación difícil y otro subsidio para 16 millones de trabajadores con salarios bajos por valor de 600 mil rupias al mes (40 dólares).
Widodo tomó una medida similar en 2014, lo que provocó fuertes protestas en las calles, al igual que con anteriores subidas de los precios de los carburantes.
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