Las cotizaciones subieron la víspera después de haber caído cerca de sus mínimos de verano en el transcurso de los últimos siete días, debido, entre otras causas, a que las conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos parecen estancadas.
Los futuros del Brent para entrega en noviembre subieron 2,72 dólares, o un 2,9 por ciento, a 95,08 dólares el barril, mientras el West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos avanzó 2,62 dólares, o un tres por ciento para venderse a 89,23 dólares.
Por su parte, los operadores se desmarcaron del aviso de los líderes del Grupo de los Siete (G7) de su intención de fijar un tope al precio del petróleo de Rusia en respuesta a su operación militar especial en Ucrania.
Analistas de TACenergy, empresa distribuidora de carburantes al por mayor, señalaron en una nota a sus clientes que la medida del G7 es en gran parte simbólica, ya que Moscú ha esquivado las restricciones ya establecidas por ese cartel, y conseguió un récord en el volumen de exportaciones el mes pasado, pese a las sanciones.
Los operadores del sector petrolífero también observaron de cerca las negociaciones en torno al programa atómico de Irán, ya que un eventual acuerdo de flexibilización de sanciones facilitaría la circulación de un mayor volumen de crudo de esa nación en los mercados.
A principios de semana, el petróleo estuvo bajo presión debido a que la política monetaria más estricta y los nuevos bloqueos por Covid-19 en China generaron preocupaciones sobre la demanda.
En medio de ese escenario el carburante cayó más del 20 por ciento en el lapso de tres meses hasta agosto, borrando todas las ganancias desde el inicio del conflicto en Ucrania a finales de febrero.
Según la compañía estadounidense de asesoría financiera Bloomberg, el retroceso de las cotizaciones plantea un desafío para la OPEP y sus aliados, cuyos ministros se reunirán el lunes para planificar la política de producción.
Arabia Saudíta, principal productor de la OPEP, dijo la semana pasada que el cartel estaba dispuesto a un recorte concertado de la producción de petróleo en cualquier momento, un anuncio que se produjo cuando Europa tiene que hacer frente a las interrupciones del suministro energético procedentes de Rusia.
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