Según un artículo publicado por el diario The Hill, la decisión de una jueza federal de Florida de aceptar la solicitud de Trump de designar un perito para analizar los documentos recuperados en Mar-a-Lago, muchos de ellos altamente clasificados, retrasará semanas la investigación del Departamento de Justicia (DOJ).
Este paso representa una victoria para Trump, quien presionó para lograr el nombramiento de un supervisor independiente luego del allanamiento que hiciera el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) a su propiedad de Florida hace casi un mes, señaló el periódico.
El gobierno no puede hacer nada con las pruebas que ha incautado hasta que sea bendecido, expresamente autorizado por este juez, lo cual significa “que la investigación es esencialmente un rehén en este momento», advirtió al periódico Jeff Robbins, un exfiscal federal y asesor de investigación del Congreso.
La inusual decisión de incorporar este perito al caso ha desatado críticas contra la jueza de distrito Aileen Cannon, quien fue nombrada por Trump en 2020, pocos meses antes de dejar el cargo.
En su fallo del lunes, la magistrada consideró que el magnate “retiene algunos privilegios ejecutivos después de terminar su mandato”.
Trump acusó al DOJ de lanzar una caza de brujas partidista contra él y sus abogados argumentaron que el nombramiento de un tercero independiente para revisar los materiales sería una buena forma de ejercer control sobre el gobierno.
La jueza dio al equipo legal del exmandatario y al DOJ hasta el viernes para presentar una lista de posibles candidatos a perito.
Pero más allá de esta semana, no está claro cómo se desarrollará el calendario, acotó el rotativo al acotar que una apelación del DOJ se añadiría al retraso que sufrirá la pesquisa.
Mientras, el periódico The Washington Post publicó la víspera que los agentes del FBI encontraron en la propiedad de Trump “un documento que detalla las capacidades nucleares de un gobierno extranjero y otras defensas militares”.
El Post reveló el mes pasado que el FBI buscaba material con información nuclear, algo que Trump desestimó y calificó de «engaño».
El registro del pasado 8 de agosto, que se llevó a cabo más de un año y medio después de la salida del republicano del cargo, descubrió un centenar de documentos clasificados, que se agregan a unos 300 que fueron recuperados previamente.
La noticia del registro del FBI en la propiedad de Trump -el primero dirigido a un expresidente en la historia del país- provocó una gran conmoción política en Washington.
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