Cada año ingresan a territorio nacional 112 mil unidades de transporte para engrosar el número de vehículos, 1,6 millones, que se mueven en una geografía de apenas 20 mil kilómetros cuadrados.
Para el viceministro de Transporte, Saúl Castelar, esta afluencia de automotores implica un crecimiento del siete por ciento anual, cuyo efecto se siente más en el Departamento de San Salvador, asiento de la capital homónima, que registra 549 mil 558 vehículos, y le sigue La Libertad con 204 mil 442.
Según el alto funcionario las complejidades del tráfico llevan a las autoridades a explorar alternativas, entre ellas las de semáforos inteligentes en la urbe para agilizar el movimiento en las zonas con mayor tráfico.
Pero como en muchas ciudades del mundo, los salvadoreños están obligados a modernizar sus formas de transportes, ya sea acudiendo a inversiones en trenes o los llamados subway, o a teleféricos com en La Paz, Bolivia, para dar solución a esos apremios de la población.
El viceministro Castelar formó parte de una reciente comitiva gubernamental que viajó al Reino de Suecia para conocer iniciativas relacionadas con transporte y sostenibilidad, de donde pudieran surgir ideas y proyectos para enfrentar los retos de un transporte que muchas veces reta la paciencia de conductores y usuarios.
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