Los ecologistas creen que más de una docena de estos gigantescos animales de 30 metros de largo y 150 toneladas perecieron en choques con barcos comerciales en la última década.
Los activistas llevan años presionando a las autoridades para que desplacen las rutas marítimas este-oeste 15 millas náuticas más allá de la costa.
Uno de los mayores transportistas de contenedores del mundo, Mediterranean Shipping Company, con sede en Ginebra, anunció que ajustó voluntariamente sus itinerarios alrededor de Sri Lanka para reducir el riesgo de accidentes con ballenas, delfines y marsopas.
La medida podría disminuir la ocurrencia de estos incidentes hasta en un 95 por ciento, dijo la compañía.
El investigador y activista por los derechos de los animales Gehan Wijeratne afirmó que la topografía del fondo oceánico, las corrientes y los monzones hacen que el mar del sur de Sri Lanka sea rico en nutrientes y vida marina.
Esta red alimentaria da lugar a una zona óptima para la pesca y no es de extrañar que las ballenas también se reúnan en esta área, explicó Wijeratne.
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