Según la revista, British Journal of Sports Medicine, la inactividad y el comportamiento sedentario están relacionados con la dolencia, pero no es la causa de la aparición de la enfermedad.
El análisis de los datos mostró que un nivel general más alto de actividad física se asociaba con un riesgo de un 41 por ciento menor de cáncer de mama invasivo.
Hacer ejercicios tres o más días a la semana estaba vinculado con un 38 por ciento menor de riesgo de sufrir la dolencia comparado con las que no practicaban nada.
Estar mucho tiempo sentado se asoció con un riesgo 104 por ciento mayor de cáncer de mama.
Los resultados de los investigadores indican numerosas vías causales entre la actividad física y el riesgo de cáncer de mama, como el sobrepeso, obesidad, el metabolismo desordenado, las hormonas sexuales y la inflamación.
«Es probable que los mecanismos que vinculan el tiempo sedentario y el cáncer se solapen, al menos parcialmente, con los que sustentan la relación con la actividad física», comentaron los científicos.
El estudio proporciona pruebas sólidas de que es probable que una mayor actividad física general y un menor tiempo sentado reduzcan el riesgo de cáncer de mama, de ahí que recomienden hacer ejercicios y abandonar el sedentarimo.
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