Instituido por la heroína y guerrillera cubana Haydee Santamaría, ese ‘centro descolonizador’—definido así por la doctora en Filología Luisa Campuzano— frenó el bloqueo cultural contra la nación caribeña y alcanzó un alto grado de excelencia, nivel intelectual y repercusión internacional.
Presencia del Caribe
Para Camila Valdés León, directora del Centro de Estudios del Caribe, desde la constitución del Fondo Editorial en 1960 existía la voluntad de publicar y divulgar la obra de autores caribeños como el martiniqués Aimé Fernand Césaire, ideólogo del concepto de negritud y defensor de las raíces africanas.
Por esa época, la convocatoria al Premio Casa de las Américas se extiende a escritores de habla inglesa y francesa y, tras su creación, el centro refuerza el intercambio con los artistas y la gestión de donaciones, presentaciones y exposiciones, incluidas dentro de los fondos de la galería.
También circularon textos de Jean Price- Mars (1876-1969), en la década de1970 aparece una edición bilingüe de cuentos del Caribe anglófono y en 1981 surge la Revista Anales del Caribe, concebida primeramente como un anuario trilingüe (español, inglés y francés).
‘Luego se transforma en una publicación multilingüe que llega actualmente, además, en formato digital. Sumado a ello está el Ciclo de pensamiento social caribeño, dedicado en las dos ediciones anteriores a la relación de Estados Unidos con esa zona geográfica’, aseguró.
Valdés León argumentó que cada uno de esos encuentros organizados por la Casa supone un trabajo investigativo profundo desde la búsqueda en archivos bibliográficos hasta la consulta y asesoría con especialistas nacionales y foráneos e intercambios con posibles conferencistas.
‘Los intelectuales del área son amigos y trabajadores de la institución. Sus preocupaciones, requerimientos y exigencias determinan también las decisiones que se asumen. La idea de crear en 1979 la categoría de obra caribeña escrita en francés o creole del Premio Literario surge porque autores haitianos exiliados en Montreal así lo solicitaron’, afirmó.
La investigadora apuntó que existe constancia en Casa de las Américas de una carta firmada, entre otros, por el poeta de ese país Anthony Phelps—preso durante el régimen de Francois Duvalier y exiliado más tarde en Canadá—para que abriera ese apartado, aprobado dos años después.
Uno de los fundadores del centro y de la revista es el novelista barbadense George Lamming quien, desde finales de los años 60, insistió en la creación de ese escenario para el pensamiento caribeño. Casa de las Américas publicó, asimismo, la obra del autor barbadense Austin Clarke, merecedor de uno de los premios literarios en la década de 1980.
‘El grabador y pintor puertorriqueño Antonio Martorell, además de su labor en el Centro de Estudios interviene en otras especialidades como el teatro o la revista Anales. Incluso, sus piezas están presentes en este espacio con un cuadro que ilustra un poema de Benedetti y los dibujos en carboncillo en las paredes como homenaje a los trabajadores’, indicó la especialista.
La Casa y el arte
Como muestra de esa relación sólida y sinérgica entre los intelectuales latinoamericanos y la Casa—gracias a la cual constituyó su patrimonio artístico, documental, sonoro, bibliográfico y editorial— Galich funda en 1964 la revista especializada en teatro ‘Conjunto’ y hoy una de las más antiguas de la región.
‘Aparecieron entonces zonas que no eran comúnmente abordadas, consideradas como alternativas y periféricas y, de manera permanente e ininterrumpida, devino vehículo de diálogo entre los artistas de la escena mundial, desde diversidad de géneros periodísticos, ensayísticos y teorías’, expuso a Prensa Latina Vivian Martínez, directora del Departamento de Teatro.
De 1961 a 1966, acontecen los Festivales de Teatro Latinoamericano y, desde el año 2000, sesionan los Festivales de Teatro Latinoamericano y Caribeño Mayo Teatral, a modo de continuidad de esa iniciativa pionera y ya con diez ediciones celebradas, la oncena prevista para 2020 no puedo desarrollarse como consecuencia de la COVID-19.
‘El evento trae a Cuba artistas y grupos representativos de diferentes tendencias, organizan talleres, encuentros teóricos, reflexiones, y es otra de las maneras que tenemos de tejer redes, de contactos humanos, profesionales y tengo la satisfacción de haber visto cómo se gestan proyectos’, señaló.
Durante sus visitas a la nación caribeña, representantes de la escena regional imparten conferencias, organizan presentaciones de libros o donan sus textos, programas o carteles; asimismo, aportan contenidos a un boletín electrónico relacionado con las puestas en escena.
Otras manifestaciones artísticas como las Artes Plásticas poseen la revista ‘Arteamérica’ y, desde hace poco más de dos décadas, promueven la Subasta Humanitaria de Arte Contemporáneo Cubano. También, atesoran la Colección Arte de Nuestra América Haydee Santamaría compuesto por diez mil obras.
La música, por su parte, cuenta para su estímulo y propagación la revista ‘Boletín Música’ y galardones como los de Musicología y Composición Casa de las Américas. Unido a ello está el compendio de partituras, soportes fonográficos y archivos visuales y la producción de ‘Música de esta América’, bajo el sello discográfico Casa.
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