Según el indicador adelantado este jueves por el organismo estatal, en ese comportamiento de la inflación influyó la subida de los precios de la electricidad y de los carburantes, en contraste con las bajadas que experimentaron en abril del año pasado.
Con este ascenso interanual de casi un punto respecto a marzo (1,3 por ciento), la inflación encadena su cuarta tasa positiva consecutiva y escala a niveles desconocidos desde hace más de dos años.
De hecho, no se alcanzaba una tasa tan elevada desde octubre de 2018, cuando se situó en el 2,3 por ciento, recordó el INE en un comunicado.
El IPC se mantuvo en territorio negativo entre abril y diciembre de 2020, una tendencia ligada sobre todo al confinamiento decretado entre marzo y junio y las restricciones posteriores para luchar contra la pandemia de la Covid-19, que golpeó con fuerza a España.
De confirmarse este dato el próximo 14 de mayo, el IPC marcaría un fuerte cambio de tendencia tras las caídas del ejercicio precedente, a las que siguieron un pequeño aumento en enero de 2021 (del 0,5 por ciento y estabilidad en febrero (tasa del cero por ciento).
A ritmo mensual (abril sobre marzo), la inflación se disparó un 1,2 por ciento, su mayor repunte en nueve años, agregó la oficina estadística.
Por su parte, el índice de precios de consumo armonizado -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro- se situó en el 1,9 por ciento, siete décimas por encima de la tasa del mes anterior.
El objetivo del Banco Central Europeo es mantener en el conjunto de la Eurozona una inflación ligeramente inferior al 2,0 por ciento, el nivel considerado como óptimo por la entidad emisora para favorecer la inversión y el empleo.
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