Entiendo que la reunión de hoy ha estado motivada por el deseo de algunas delegaciones de debatir el tema de la impunidad en Ucrania, algo que es muy oportuno porque ese mismo término, ‘impunidad’, refleja lo que está ocurriendo en ese país desde hace ocho años, destacó Lavrov.
Las fuerzas nacional-radicales, los rusófobos declarados y los neonazis llegaron entonces al poder como resultado de un golpe de Estado armado con el apoyo directo de los países occidentales, puntualizó.
Inmediatamente después, ese gobierno se embarcó en un camino de caos legal y de total desprecio por las libertades básicas como los derechos a la vida, a la libertad de expresión, de conciencia, y a utilizar la lengua materna, así como el acceso a la información, subrayó Lavrov.
El canciller ruso también señaló que los crímenes del llamado Euromaidán, en febrero de 2014, siguen impunes.
Igualmente los autores de la monstruosa tragedia de Odesa del 2 de mayo de 2014, cuando unas 50 personas fueron quemadas vivas y asesinadas en la Casa de los Sindicatos, no han sido encontrados ni castigados, denunció.
Entretanto, la escalada deliberada del conflicto en Ucrania por parte de los países occidentales también sigue impune, declaró el ministro de Asuntos Exteriores ruso.
El objetivo de los Estados occidentales es obvio, no lo ocultan y lo declaran: prolongar los combates hasta cuanto sea posible, a pesar de las bajas y la destrucción, para agotar y debilitar a Rusia, precisó Lavrov.
Esta línea significa que los países occidentales están directamente implicados en el conflicto ucraniano, lo que les convierte en partes de este, enfatizó el jefe de la diplomacia rusa.
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