En un alegato contra su ex metrópoli colonial durante la 77 Asamblea General, el representante de Malí aseguró que el gobierno galo “apuñaló por la espalda” al pueblo maliense cuando decidió unilateralmente retirar en junio de 2021 a la fuerza Barkhane.
La retirada, completada este año, condujo a una grave crisis bilateral y a masivas movilizaciones antifrancesas en Bamako.
“Respetamos al pueblo francés, pero el gobierno traicionó el legado humanista de los filósofos de las luces y renegaron de los valores morales universales”, expuso Maiga en su discurso.
Calificó a París de “nostálgico de una era colonialista, paternalista, condescendiente y revanchista”, a la vez que reiteró en tres ocasiones que Francia “se ha transformado en una junta al servicio del oscurantismo”.
Asimismo, destacó la responsabilidad del país europeo en el genocidio de los tutsis en Ruanda en 1994, la trata de esclavos y el reclutamiento de miles de soldados africanos para combatir en guerras francesas.
También se refirió a la misión de estabilización de la ONU desplegada en el centro y norte de Malí (Minusma) desde 2013 y dijo que aún no logra sus objetivos, por lo que se hace necesario “un cambio de paradigma” y una mayor coordinación con las autoridades malienses.
Solicitó la celebración de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar la actitud de Francia, a quien acusan de suministrar equipamiento bélico a grupos terroristas activos en el norte de Mali.
Por otra parte, Maiga prometió que el gobierno de transición castrense respetará el calendario para un traspaso de poderes a un gobierno democrático en 2024.
Este conflicto entre el país africano y su ex metrópolis, acaeció tras la reciente salida de todas las tropas francesas de Mali, en medio de disensos con la junta militar gobernante.
Bamako acusa a París de organizar un golpe de estado y de armar a los islamistas para asegurarse el control del país.
El deterioro de las relaciones entre ambos países también se vincula con la propuesta de seguridad saheliana, subregión donde se ubican otros Estados francófonos como Burkina Faso y Níger, este último destacado suministrador de uranio.
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