En una inusual declaración sobre las decisiones económicas de uno de los países miembros del Grupo de los Siete, el FMI advirtió que la rebaja de impuestos y el aumento del gasto público adelantados el viernes pasado por el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, incrementarán la desigualdad y contradicen la política monetaria del Banco de Inglaterra.
Dadas las elevadas presiones inflacionarias en muchos países, incluido el Reino Unido, no recomendamos en este momento paquetes fiscales grandes y sin objetivos específicos, pues es importante que la política fiscal no funcione de forma contraria a la política monetaria, afirmó un vocero de la institución con sede en Washington.
El plan económico diseñado por el Ejecutivo que encabeza la primera ministra Liz Truss incluye una histórica rebaja de impuestos valorada en 48 mil millones de dólares y el desembolso de otros 67 mil millones de dólares para costear la congelación de las tarifas de electricidad y gas del sector residencial, y pagar la mitad de la factura energética de las empresas.
Sus detractores alegan, sin embargo, que la reforma fiscal, que elimina el límite a las bonificaciones que reciben los banqueros, y del tope del impuesto sobre la renta para las personas de mayores ingresos, está diseñada para beneficiar a los ricos y a las grandes corporaciones.
Tras las críticas vertidas por el FMI, la libra esterlina, que había logrado recuperarse después de caer el lunes a 1,0327 dólares -su nivel más bajo de los últimos 37 años-, volvió a caer hasta 1,0634 dólares.
El líder del opositor Partido Laborista británico, Keir Starmer, apuntó, por su parte, que la declaración del FMI es una demostración del desorden creado por el Gobierno.
El ministro de Hacienda tiene previsto volver al Parlamento el 23 de noviembre próximo para hacer evaluar la marcha del llamado “mini presupuesto” que entrará en vigor en octubre, pero según Starmer, esa fecha está demasiado lejos.
Según una encuesta de la firma YouGov, el 72 por ciento de los votantes, entre ellos un 69 por ciento que apoyó a los conservadores en los comicios generales de 2019, se opone a la decisión del Gobierno de eliminar la tasa máxima del impuesto sobre la renta para las personas de mayores ingresos.
El 71 por ciento tampoco apoya que se levante el tope a las bonificaciones que reciben los banqueros, mientras que un 60 por ciento opina que el recorte impositivo de 45 mil millones de libras resulta incosteable.
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