Llegó como propuesta de coloquio variopinto, auspiciado por la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom) y con dos invitados especiales, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra y la periodista María Rey.
Intercambio y debates sobre un tema que plantea una crisis de identidad del periodismo actual y que planea sobre el poder transformador de la comunicación y su evolución en las últimas décadas.
Hasta el punto de no existir ni siquiera una delgada línea de separación entre lo objetivo y verídico de las tristemente célebres “fake news”, como reconocen el documental y los oradores, mencionando concretamente el diseño de Fox News y el encumbramiento de Donald Trump.
Recordando estrategias de cuando fue vicepresidente del Gobierno español, Guerra mencionó tres ingredientes de éxito: programación, anticipación e innovación.
Pero en la vida pública las cosas tienen que tener una atracción, si no, no van a funcionar. La transparencia es lo que mejor funciona en comunicación y en política”, consideró.
Opinó que el periodismo tiene que cambiar, no puede seguir de rehén de las redes sociales, y puede más por “quemarse a lo bonzo con la verdad”.
Por su parte, María Rey sostuvo que, actualmente, “la política y el periodismo son actividades espejo, pero esto no debería ser así”, porque genera dependencia entre ambas funciones.
La presentadora de televisión y reportera con larga data en España reflexionó en torno a las redes sociales. “Son una fuente de información y una oportunidad, ahora mismo perdida, pero recuperable”.
El periodista y directivo de comunicación, Javier Ayuso, analizó el tema de forma lapidaria.
“Las redes sociales son como un tsunami, una inundación de información. ¿Y qué es lo primero que falta después de una inundación? Agua potable. En redes sociales hay poca agua potable, hay mucha inundación de supuesta información sin contrastar”, sentenció.
Miguel López-Quesada, moderador del encuentro, apuntó que el mundo vive “en una marea de información que nos obliga a elegir”.
Buscar la verdad es tejer un relato y debemos ser conscientes de eso. Ahora todos, en cierta medida, somos estrategas, acotó.
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