Además de las lluvias, los habitantes temen los tornados asociados a ese meteoro y las marejadas que pueden ser catastróficas, según advirtieron las autoridades.
El fenómeno arrastró el agua de la bahía y el río de Hillsborough, cerca del Hospital General de Tampa, informó el canal CNN.
Frank Loni, un arquitecto californiano que trabaja en la ciudad de Fort Myers, comentó que “nunca había visto algo de esta naturaleza”.
En declaraciones a la cadena, detalló que ve autos y botes flotando en la calle, así como árboles casi doblados por la mitad.
La marejada ciclónica alcanza un metro y medio de altura en estos momentos, de acuerdo con sus sus cálculos, cuando el Centro Nacional de Huracanes pronosticó que podría llegar a los 5,5 metros en la zona.
Por el momento hay más de 470 mil clientes sin electricidad en el estado de Florida, y el condado de Lee tiene la mayor cantidad de cortes de energía, precisó el sitio PowerOutage.us.
Funcionarios de Naples emitieron un toque de queda de emergencia en toda la urbe y pidieron a los residentes permanecer refugiados hasta nuevo aviso, de cara a las “condiciones extremadamente peligrosas”.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, alertó sobre los cortes de electricidad masivos a raíz del fenómeno, en tanto instó a los residentes a ser cautelosos y permanecer resguardados.
“Puede parecer que hay calma en algún momento: es posible que solo estés en el ojo de la tormenta, y la parte trasera de eso se pondrá muy, muy desagradable”, afirmó.
De acuerdo con el servicio meteorológico, los pronósticos consideran que para la noche de hoy Ian debe estar más hacia la costa este, luego de atravesar el estado.
En opinión del cazador de huracanes Nick Underwood, quien durante desde hace años explora las tormentas, su vuelo sobre Ian fue “el peor en el que he estado”.
“Nunca había visto tantos relámpagos en un ojo”, escribió en un tuit.
Desde la víspera, el sur de la Florida empezó a sentir los efectos del huracán Ian y comenzaron las alertas de tornado en varios sitios.
La ciudad de Pembroke Pines, al norte de Miami, registró árboles derribados y vehículos dañados, y varios aviones resultaron destruidos en el aeropuerto de North Perry.
rgh/cgc