Durante una ceremonia en la ciudad sureña de Shaqra, el secretario general de la Resistencia islámica libanesa recalcó que, si el expediente de la disputa con Israel alcanza el resultado requerido y bueno para el país, “será producto de la unidad, la cooperación y la solidaridad nacional”.
Nasrallah destacó la importancia de la presencia en manos del presidente de la República, Michel Aoun; el primer ministro designado, Najib Miqati y del titular del Parlamento, Nabih Berri, del texto escrito del diplomático Amos Hochstein sobre las propuestas relativas a la línea fronteriza con Tel Aviv.
La máxima figura de Hizbulah insistió que en los días entrantes quedará claro cuál es la posición de los funcionarios estatales y hacia dónde se dirigen las cosas en la adhesión a defender los derechos nacionales a su riqueza marítima.
Al abordar el contexto de las elecciones presidenciales, Nasrallah subrayó que la última sesión legislativa demostró la necesidad de alejarse de la lógica del desafío en aras de la consulta y el diálogo entre las fuerzas para designar al nuevo mandatario de la República.
Insistió que el tiempo resulta corto en cuanto a la formación de un gobierno y agregó la urgencia de su conformación más allá de la elección o no del próximo presidente en el plazo constitucional.
Respecto a la tragedia marítima de la semana pasada frente a las costas sirias de Tartus, Nasrallah manifestó que la migración en botes de la muerte resulta un crimen y exigió una investigación judicial.
En otro momento de su intervención, la máxima figura de Hizbulah comentó que el conflicto ruso-ucraniano ya no es un evento regional, sino internacional, que puede cambiar la faz del mundo.
Al mismo tiempo, indicó que Estados Unidos lucha contra Rusia a través de los ucranianos y luego de los europeos.
En el escenario regional, el líder de la Resistencia señaló que cualquier incidente en Irán busca debilitar las conquistas, la fortaleza y la capacidad de la Revolución islámica.
Líbano atraviesa la peor crisis de su época moderna, agudizada por la incapacidad para designar un gabinete desde junio último, la fragmentación en el Parlamento, el colapso de la moneda nacional y las continuas huelgas en el sector público.
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