‘Este episodio es solo uno de los varios ataques ocurridos en suelo estadounidense contra miembros del cuerpo diplomático cubano’, denuncia la organización política en una nota firmada por su presidente, Juliano Medeiros.
Remarca que el PSOL rechaza esta embestida y ‘exige que el gobierno estadounidense avance en la investigación y averigüe el motivo del autor de la agresión’.
Ante los hechos, subrayan los socialistas brasileños, ‘ofrecemos nuestra solidaridad y nos unimos al pueblo cubano en su demanda de verdad y justicia’.
El 30 de abril del 2020 en horas de la madrugada, el ciudadano de origen cubano Alexander Alazo disparó 32 proyectiles de un fusil semiautomático contra la sede diplomática, poniendo en peligro las vidas de 10 funcionarios.
Afortunadamente en el incidente no resultó herida ninguna persona y solo ocasionó daños materiales al inmueble, sin embargo, la Casa Blanca optó por el silencio en lugar de rechazar el suceso, catalogado de grave por el país antillano.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, significó el pasado año que esa actitud de la administración estadounidense los convertía en cómplices del acontecimiento.
Asimismo, señaló que ese acto terrorista fue resultado directo de la política y del discurso agresivo y de odio de Washington contra la isla, así como de la permanente instigación a la violencia que realizaban políticos estadounidenses, incluidos altos funcionarios del Departamento de Estado.
La cancillería cubana insistió además en que el silencio en este caso podía convertirse en un incentivo para quienes identifican las sedes diplomáticas como blancos de ataques violentos. Un año después, la nación norteña continúa sin condenar aquellos sucesos, mientras grupos e individuos con un historial de atentados terroristas contra Cuba continúan operando con impunidad en ese país. ga/ocs