Según notificaron el Instituto y el Ministerio de Salud, estos kits de diagnósticos fueron fabricados en el Centro Estatal Ruso de Investigación en Virología y Biotecnología, y son similares a los distribuidos en otras naciones.
Explican, además, que están disponibles en el país euroasiático “con un manual de prácticas para identificar la enfermedad, al cual también tienen accesos especialistas etíopes”.
De acuerdo con una notificación divulgada por la embajada, “el traspaso se realizó entre representantes de la misión diplomática, el hospital Balcha de la Cruz Roja Rusa y el Instituto de Salud Pública de Etiopía”.
Aunque todavía no hay casos del patógeno identificados en ninguna región del país, a partir de julio último las autoridades sanitarias incrementaron la vigilancia epidemiológica.
Desde entonces aumentaron los exámenes a viajeros internacionales y refugiados, más las medidas de control en las fronteras, y fueron establecidos unos 50 laboratorios para detectar el virus.
A finales de septiembre, Sudán confirmó tres casos de viruela símica en Tunaydbah, campamento para migrantes etíopes ubicado en Gederaf, estado al este del territorio.
Informes oficiales aseguran que Tunaydbah alberga en la actualidad a casi 25 mil migrantes, que comenzaron a llegar en enero de 2021, poco después de estallar el enfrentamiento armado entre el ejército federal etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigray.
Sin bien no trascendió si los enfermos detectados en Gederaf ingresaron a jurisdicción sudanesa hace más de un año o recientemente, en toda la geografía de Etiopía continúan la alerta y las medidas de prevención.
El 23 de julio, el director general de la Organización Mundial de la Salud, el etíope Tedros Adhanom, definió al brote de viruela símica como una emergencia de interés internacional.
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