De acuerdo con el trabajo periodístico, grupos contrarevolucionarios en suelo estadounidense esperaban un hecho que sirviera como catalizador para crear caos y fragmentar la unidad de la nación caribeña.
En particular, planeaban provocar un apagón general en la capital, mediante sabotajes a torres eléctricas y así aprovechar la falla de servicios básicos e impulsar a las personas a salir a las calles.
El pretexto, apuntó el reporte, llegó de la mano de los estragos provocados por el huracán Ian en el sistema eléctrico nacional.
Ante estas circunstancias, la contrarevolución aprovechó la sensibilidad de la ciudadanía para instigar hechos vandálicos, enfrentamientos, cierre de calles y otros actos delictivos, fórmulas utilizadas en Nicaragua y Venezuela, en años anteriores.
Estas acciones se atenderán de acuerdo a lo tipificado en el Código Penal de la nación en los apartados de desorden público y delitos contra el desarrollo integral de las personas menores de edad.
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