La roya es una enfermedad ocasionada por el hongo Hemileia vastatrix y ataca principalmente las plantaciones de las variedades derivadas de Typica y Bourbon, entre ellas Caturra, Catuaí, Pache, y otras susceptibles establecidas en la región centroamericana.
El régimen de lluvia en el país se comportó de manera intensa y alcanzó acumulados históricos en meses recientes, para crear un caldo de cultivo idóneo para la aparición de la plaga.
La víspera un informe del Ministerio de Agricultura indicó que el país podría sobrepasar el millón de quintales del aromático grano en el territorio nacional para este año 2022, según las proyecciones.
Sin embargo, este jueves medios locales aseguran que la incidencia de la roya aumentó en los cafetales, sobre todo en las fincas de Chalatenango donde se cultivan variedades de excelencia.
La Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) aseguró que la enfermedad aún es controlable, pero advirtió que si hay cambios bruscos de temperatura se podría desarrollar un brote.
La roya, que en 2013 desplomó a la mitad la producción de café durante al menos tres años, acecha nuevamente en los cafetales salvadoreños por el exceso de humedad en los suelos.
Los productores temen un brote en la transición al verano, cuando hay cambios bruscos de temperatura y crean condiciones propicias para el hongo.
El titular de Agricultura y Ganadería (MAG), Enrique Parada, alertó sobre la situación y dijo que si los suelos prosiguen acumulando humedad puede ocurrir un brote.
Centroamérica enfrentó en el ciclo 2012-2013 un severo brote de la roya que dejó pérdidas devastadoras en los cafetales, en especial en el Salvador, donde cerca de un 70 por ciento de las plantaciones sufrieron las consecuencias.
Antes de esta crisis, la producción de café de El Salvador era superior a los 1,7 millones de quintales, pero a partir de entonces se desplomó y no logró recuperarse a pesar de los esfuerzos del sector en la última década.
Ahora las expectativas eran muy favorables para volver a niveles históricos de producción pero las continuas lluvias ensombrecen el panorama y amenazan con afectar uno de los principales renglones exportables del país.
Sin embargo, Sergio Ticas, presidente de Acefesal opinó que aunque existe un 15 por ciento de fincas con variedades susceptibles al hongo, es algo controlable, aunque en la zona norte de Chalatenango hay alarmas debido a que sus cafetales son más susceptibles a enfermar, como el Pacamara y Bourbon.
El problema es que este 2022 los suelos están saturados de agua, algo que pudiera aumentar ante amenazas de ciclones en el área.
Podríamos tener un incremento mayor de roya debido a que estamos próximos a cosechar café y no podemos aplicar fungicidas, por razones de residualidad, dijo Ticas.
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