La sesión parlamentaria será la primera en desarrollarse tras las elecciones generales anticipadas del 2 de octubre, pero la cuarta en menos de dos años.
Paralelamente a los trabajos que se iniciarán con el establecimiento de la presidencia y los órganos administrativos del Parlamento, se llevarán a cabo negociaciones entre varios partidos políticos, ninguno de los cuales podrá alcanzar la mayoría absoluta.
Especialistas en el tema señalan que el apoyo de al menos 121 legisladores será fundamental para que el nuevo Gabinete reciba un voto de confianza y esté operativo.
De acuerdo con la constitución, el presidente búlgaro, Rumen Radev, primero dará la tarea de formar Gobierno al partido con mayor representación en la Asamblea, luego de negociaciones con las fuerzas parlamentarias.
Los ciudadanos búlgaros, que acudieron a las urnas para participar en las elecciones generales, expresaron sus sentimientos hacia la élite política del país con una tasa de participación del 37 por ciento.
Según la fuente, la sociedad espera mayor responsabilidad de los políticos en la 48 Asamblea tras el ineficiente trabajo de los últimos tres parlamentos con estructura similar.
No obstante, los siete partidos participantes en la justa electoral, solo compitieron entre ellos para declarar sus “líneas rojas que no pueden cruzar”, por lo cual se estima que las conversaciones de coalición serán difíciles.
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