En la ceremonia de firma del acta final de las negociaciones, efectuada la víspera con la ausencia del presidente Guillermo Lasso, se conoció que el próximo miércoles habrá una nueva reunión para crear una comisión técnica que supervise las acciones plasmadas en los documentos.
Entre los logros, por ejemplo, está el establecimiento de una moratoria para determinados bloques petroleros, la suspensión de algunas concesiones mineras, condonación de ciertas deudas a los pequeños agricultores y reducción de tarifas de los servicios telefónicos e Internet.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, subrayó que el proceso de diálogo no fue algo voluntario, sino consecuencia de “la presión y la fuerza de la gente en las calles”.
Asimismo, Iza llamó a acelerar los trámites en otras instancias como la Asamblea Nacional para aprobar con urgencia el cuerpo legal necesario “para que los acuerdos no queden en letra muerta”.
El líder de la Conaie precisó que aunque hubo logros en las 10 mesas de trabajo, en lo fundamental no se avanzó lo deseado en los 90 días de las conversaciones mediadas por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
La lucha recién inicia, tenemos que exigir al gobierno cumplir lo acordado, aseveró Edgar Sáenz, presidente del Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas del Ecuador (Feine), otra de las organizaciones populares participantes.
En igual sentido se pronunció Gary Espinosa, de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin), que pidió al ejecutivo llevar a la práctica lo que está en el acta porque «llevamos años haciendo reclamos a este y a otros gobiernos».
Por su parte, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, en representación de la administración, expresó que “mantener los diálogos fue una prueba, sobrellevando obstáculos y discrepancias” y apuntó que los resultados son para beneficio de todo el país.
Esas conversaciones fueron resultado del histórico paro de 18 días del pasado mes de junio y ahora, con el acta firmada, el movimiento indígena informó que evaluará con sus bases los próximos pasos de la lucha, es decir, si volverán a las calles en busca de solución a las demandas pendientes.
Entre los puntos claves que motivaron las protestas de hace tres meses y quedaron sin resolver están las cuestiones laborales y los subsidios a los combustibles.
Sobre este último aspecto no quedó definida su implementación, aunque sí acordaron criterios sobre quienes no deben recibir el subsidio para beneficiar a los más necesitados y pague quien más gana, según divulgó el delegado de la Fenocin Henry Llanes.
A pesar del ambiente conciliador de la ceremonia de este viernes, los ciudadanos advierten de un deterioro de la situación social, con alza de precios y una agudización de la inseguridad, problemática que no formó parte de las mesas técnicas y resolverla se suma a las prioridades de los ecuatorianos.
Esto es un Estado declarado plurinacional, pero sigue siendo colonial y eso tiene que cambiar, afirmó el líder de la Conaie al referirse a las desigualdades existentes en el país, las cuales el movimiento indígena busca revertir con sus presiones y reclamos.
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