La primera ministra cree que con decir “lo siento” ya es suficiente, pero no es así, afirmó Blackford, en declaraciones a la televisora Sky News.
De acuerdo con el jefe de la bancada del SNP, Truss, quien la víspera pidió perdón a los británicos por haber ido “demasiado lejos” y “demasiado rápido” con su polémico recorte fiscal para estimular el crecimiento económico del Reino Unido, tiene que asumir la responsabilidad por lo que hizo.
En última instancia, esto fue un experimento financiero por parte de del Gobierno que generó caos en los mercados, insistió Blackford, tras apuntar que la única forma de restablecer la credibilidad del país es que la gobernante conservadora renuncie al cargo que asumió seis semanas atrás.
Aunque el nuevo ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, revirtió la víspera la mayoría de las controvertidas medidas fiscales tomadas por Truss, el diputado escocés insistió en que el Ejecutivo actual perdió la autoridad moral y la habilidad financiera para liderar el país.
Los laboristas, que representan la mayor fuerza opositora en el Parlamento británico, también tratan de aprovechar el mal momento por el que atraviesa la primera ministra para pedir su dimisión, y adelantar las elecciones generales previstas para finales de 2024.
Un pirómano sigue siendo un pirómano, incluso si se aparece en el edificio en llamas con un cubo de agua en la mano, dijo este martes a Sky News la diputada Rachel Reeves, quien se desempeña como la contraparte de Hunt en el llamado gabinete a la sombra (opositor).
Durante el concurso interno de liderazgo celebrado por los “Tories” en agosto pasado para escoger al sustituto del dimitente Boris Johnson, Truss prometió enfrentar la crisis del costo de la vida y la inflación con una rebaja de impuestos sin precedente.
La falta de detalles sobre la forma en que financiaría el llamado mini presupuesto anunciado el 23 de septiembre pasado, y el temor de que se dispare la deuda pública británica derrumbaron temporalmente la libra esterlina, y obligaron al Banco de Inglaterra a comprar apresuradamente los bonos del Estado para apuntalar a la divisa británica.
El enfoque económico de la primera ministra fue rechazado por los mercados financieros internacionales, el Fondo Monetario Internacional y hasta por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Aunque en la entrevista transmitida anoche por la BBC, Truss descartó renunciar, al menos cinco miembros de la bancada conservadora pidieron públicamente su dimisión, y se rumora que los pesos pesados del partido gobernante barajan los nombres de su reemplazo.
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