El texto, publicado este domingo por la agencia Sputnik, precisa que el diálogo se realizó a solicitud de la parte rusa.
El pasado viernes ambos ministros hablaron igualmente vía telefónica, aunque es esa ocasión fue a solicitud de Austin.
Previamente Shoigú realizó una llamada telefónica a su homólogo británico, Ben Wallace, en la cual le expresó su preocupación por posibles provocaciones por parte de Kiev con el uso de una «bomba sucia».
Según los expertos se le denomina bomba sucia o dispositivo de dispersión radiológica a una combinación de explosivos y polvo o perdigones radiactivos.
Si bien la bomba de ese tipo no puede generar una explosión atómica, el principal peligro radica en la explosión en sí, la cual puede causar heridas graves y daños, así como provocar la diseminación de materiales radiactivos en el área.
Antes de conversar con Wallace, Shoigú lo hizo con sus pares de Turquía, Hulusi Akar; y de Francia, Sebastien Lecornu, respectivamente, a quienes manifestó la misma preocupación del Gobierno ruso.
A principios de este mes, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, al intervenir en una vídeoconferencia en el Instituto Lowy, de Australia, llamó a lanzar ataques «preventivos» y no «esperar ataques nucleares de Rusia».
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, equiparó la declaración con un llamado a desatar una guerra mundial, e indicó que todos los países deben prestar atención a las palabras de Zelenski.
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