Los cinco sacerdotes y una monja fueron raptados de una iglesia en el sudoeste camerunés donde los angloparlantes proclamaron en 2017 la República de Ambazonia carente de reconocimiento regional o internacional, la cual también abarca el noroeste de este país.
De inmediato permanece en el anonimato la identidad de los secuestradores, pero el hecho de que la milicia anglófona haya recurrido en los últimos meses a los secuestros por rescate en metálico para allegar fondos, apunta el dedo acusador en su dirección.
Tras la proclamación de Ambazonia el gobierno central, controlado por la comunidad francoparlante, declaró el estado de excepción en ambas regiones y despachó tropas a eliminar a sus opositores en un conflicto que ha costado la vida a unas seis mil personas y provocado el éxodo de más de un millón.
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