La funcionaria, que fue reinstalada en el cargo por el nuevo primer ministro Rishi Sunak seis días después, explicó en una misiva enviada este lunes al Comité de Asuntos Internos del Parlamento justificó la infracción con la vorágine de trabajo.
Según dijo, de forma ocasional y excepcional, utilizó su teléfono privado para compartir la información cuando estaba fuera de su oficina, porque no le era posible usar un solo dispositivo para atender a las reuniones virtuales y leer los documentos al mismo tiempo.
La renuncia de Braverman precipitó la caída de la primera ministra Liz Truss, quien presentó su propia dimisión el 20 de octubre, en medio del caos financiero que provocó la controvertida rebaja fiscal con la que pretendía estimular el crecimiento económico y frenar la inflación, pero que tuvo un efecto totalmente contrario.
Sunak, quien ganó sin oposición el concurso de liderazgo para escoger al sustituto de Truss, volvió a nombrarla ministra del Interior, en una decisión que generó una oleada de críticas desde las filas opositoras y desde algunos sectores del partido gobernante.
Tras la publicación de la carta enviada al comité parlamentario, el Partido Laborista afirmó que la misiva deja más preguntas que respuestas, y tachó a Braverman de irresponsable.
Esta carta no responde a todos las preguntas sobre la conducta irresponsable de la ministra del Interior, y demuestra que ni ella ni el primer ministro reconocen la gravedad de los hechos, aseveró la diputada Yvette Cooper, quien se desempeña como la contraparte de Braverman en el llamado gabinete a la sombra (opositor).
Sunak reiteró este lunes, por intermedio de su vocero oficial, que tiene plena confianza en la funcionaria.
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