«Al darse cuenta de que la política de sanciones contra Rusia fracasó, Occidente busca otros argumentos para reunir a más países en una coalición para contrarrestar a Rusia», dijo Pátrushev este jueves en una reunión de titulares de Seguridad de la comunidad de Estados Independiente (CEI).
Reiteró que Moscú sabe quién es el ejecutor y el beneficiario de una posible provocación y advierte a todo el mundo que no tiene nada que ver con eso, tal como dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, al intervenir el 27 de octubre en una reunión del club internacional de debates Valdái.
Fuentes de varios países, incluida Ucrania, informaron antes de los preparativos de Kiev para una provocación en el territorio ucraniano con el uso de una llamada bomba sucia.
Esta, o dispositivo de dispersión radiológica, es una combinación de explosivos y polvo o perdigones radiactivos.
Si bien una bomba de ese tipo no puede generar una explosión atómica, el principal peligro radica en la detonación en sí, la cual puede causar heridas graves y daños, así como provocar la diseminación de materiales radiactivos en el área.
El pasado 23 de octubre, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigú, expresó a sus homólogos de Francia, Türkiye y el Reino Unido su preocupación ante posibles provocaciones por parte de Kiev con el uso de una bomba sucia.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, aseguró el mismo día que Kiev no dispone en su arsenal de este tipo de armas ni tiene planes de obtenerlas.
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