El mismo día en que da comienzo la 27 Conferencia sobre el Cambio Climático (COP 27) en Sharm el-Sheikh, Egipto, el diario digital Basta! publicó los resultados de un estudio realizado en el macizo alpino de los Ecrins, donde solo quedan 60 de los 120 glaciares existentes en 1950 y que cada año pierden un tres por ciento de su masa.
Thibert, responsable de este trabajo, constató la gravedad de las lecturas observadas a lo largo de 2022 en el Glaciar Blanco, uno de los mayores y más emblemáticos de los Alpes del Sur, que culmina a cuatro mil 100 metros en los Ecrins, y que “para 2100 habrá perdido entre el 80 y el 90 por ciento de su masa” de continuar el actual aumento de las temperaturas globales.
Este año el glaciar perdió 3,40 metros de hielo en toda su superficie, frente a una media de 1,10 metros en los últimos diez años, es decir, tres veces más, lo que “representa 14 millones de metros cúbicos de agua perdidos durante el verano, frente a los cinco millones normales”, según cálculos de los investigadores.
Las consecuencias en los ecosistemas son todavía relativamente difíciles de predecir para los científicos, aunque aseguran que afectará a la flora y la fauna de los valles alpinos, al régimen de deshielo y el clima de las zonas afectadas.
“Los glaciares son indicadores muy sensibles del estado de la atmósfera, de las precipitaciones y de las temperaturas estivales”, subrayó Thibert.
En un futuro inmediato se prevé el riesgo de avalanchas debido al cambio del estado térmico de los glaciares en el contexto del calentamiento global, y para el investigador francés, “es totalmente inviable salvar los glaciares de los Alpes”.
Un tercio de los glaciares inscritos en el Patrimonio Mundial de la Unesco desaparecerá de aquí a 2050, “independientemente del escenario climático”, advirtió la organización de la ONU en un comunicado el 3 de noviembre.
Sin embargo, todavía es posible salvar los otros dos tercios, si el aumento de las temperaturas globales no supera los 1,5°C en comparación con el periodo preindustrial, pero para elloo es necesario reducir drásticamente las emisiones de CO2.
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