Según el vocero del Ministerio, Hisham Saeed, hay interés por permitir peregrinaciones masivas, pero la prioridad contempla garantizar seguridad de salud a los visitantes.
Durante la temporada de 2020, limitaron el número de participantes a nacionales y extranjeros residentes en el reino del desierto ante un brote de la pandemia de la Covid-19.
Con anterioridad, el viceministro Abdel Fattah Mashat dijo que tanto para nacionales como foráneos hay permiso sobre la peregrinación menor del umrah, siempre y cuando observen los protocolos de prevención del coronavirus.
De aplicar iguales restricciones, sería el segundo año consecutivo sin extranjeros en los recintos sagrados islámicos de La Meca y Medina en cumplimiento de una de las ordenanzas del Corán que obliga por una vez en la vida visitar esos sitios.
Antes de la pandemia, unos 2,5 millones de visitantes cumplían con el hajj que se fija para una semana específica, y unos 10 millones en el umrah, una peregrinación extendida a todo el año.
Las autoridades sauditas aspiraban a aumentar cada temporada el número de peregrinos como parte de medidas para salir de la dependencia petrolífera dentro de un plan llamado Visión 2030.
El proyecto inicial con el hajj de este año contemplaba permiso para un número fijo de extranjeros, pero la confusión sobre los tipos de vacunas, su eficacia y aparición de nuevas variantes hizo revertir esa idea.
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