El principal sospechoso del crimen, su esposo y teniente de policía Germán Cáceres, sigue prófugo de la justicia y, según las últimas informaciones oficiales, salió del territorio ecuatoriano por la frontera con Colombia.
«Las investigaciones no avanzan, se han olvidado del caso, ni el ministro del Interior, Juan Zapata, ni el comandante general de la Policía Nacional, Fausto Salinas, me dan respuestas y ya no sé qué hacer, a quién recurrir, a quién implorar», expresó la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo.
El hijo de Bernal también escribió un mensaje en Twitter: “Te extraño tanto mamá. Han pasado 60 días y no encuentran al asesino que te alejó de mí”.
El homicidio de la abogada, cometido presuntamente por su esposo dentro de la Escuela Superior de Policía el pasado 11 de septiembre, fue considerado un crimen con complicidad del Estado, concluyó la comisión parlamentaria especial que investigó lo sucedido.
La crisis institucional desatada a raíz de la tragedia fue tal que el presidente Guillermo Lasso exigió la renuncia del entonces ministro del Interior, Patricio Carrillo, y dio un plazo para encontrar a Cáceres, pero su orden no fue acatada.
Como resultado de los procesos disciplinarios contra agentes del orden investigados, este domingo el exdirector encargado de la Escuela Superior de oficiales Freddy Jara fue dado de baja de la institución. El asesinato de Bernal, de 34 años, sacó a la luz no solo los problemas en la formación de los uniformados, sino la realidad de la violencia de género en Ecuador, donde este año ya murieron por esa causa 207 mujeres.
El país no tiene una política pública en seguridad, tampoco en erradicar la violencia de género, apuntó la legisladora Yeseña Guamaní.
De acuerdo con un estudio de la Asociación Latinoamérica para el Desarrollo Alternativo, cada 28 horas una mujer en Ecuador es víctima de violencia.
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