“El tiempo para adoptar las decisiones y acciones necesarias para revertir el cambio climático se nos acaba. Lo que hagamos tiene que ser consecuente con la historia y no olvidar que las raíces del problema están en el sistema capitalista, responsable de un modelo de desarrollo depredador y consumista”, resaltó en su discurso.
Subrayó que lo que está en juego es el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y la subsistencia del hombre.
Le debemos a las futuras generaciones el compromiso de actuar, de lograr una Gobernanza y Ética Climática Abierta, basada en la solidaridad y justicia financiera, precisó.
Pérez explicó que la solidaridad climática es “dejar de actuar por intereses económicos individuales, es pensar en los que pierden condiciones de vida, es cambiar patrones insostenibles de consumo, es ayudar a los más vulnerables”.
En tanto dijo que la justicia financiera es “disponer de nuevos y adicionales fondos para resarcir las pérdidas y daños e implementar las medidas de adaptación que necesitamos; simplificar procedimientos y acordar una nueva meta financiera”.
En su opinión lo que está ocurriendo tiene un impacto en la ética y estética global, se deteriora la calidad de vida del hombre, su entorno e infraestructuras.
En todas partes del mundo, a consecuencia de eventos meteorológicos extremos, fallecen personas, se destruyen ciudades, tradiciones, se afecta la memoria histórica; la seguridad alimentaria y energética de las naciones, lo cual daña la psicología de las personas, enfatizó.
La ministra comentó que cada año Cuba vive la incertidumbre de saber si será azotada por un huracán, fuertes lluvias o intensas sequías, circunstancias agravadas por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de seis décadas.
Sin embargo, dijo, la isla caribeña continúa avanzando con la experiencia de cinco años de implementación y resultados del Plan de Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático: Tarea Vida.
Uno de ellos, detalló, es la creación de la Fundación Climática llamada IRIS, Unidos por el Clima, que Pérez puso a disposición de sus homólogos para canalizar esfuerzos nacionales y regionales.
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