Mientras que algunos de los partidarios más acérrimos de Trump ya respaldaron su proyecto, una larga lista de otros se muestra abierta a apoyar a otro candidato, dice que es demasiado pronto para pensar en alguien o simplemente quieren evitar el tema por completo, alertó el diario The Hill.
La discordia refleja un debate mucho más amplio a nivel nacional sobre la dirección del Partido Republicano (GOP) y el papel que desempeñará el exmandatario, una discusión que cobró urgencia tras el desalentador desempeño de la fuerza política en las elecciones de mitad de período de la semana pasada.
Señaló el periódico que algunos culparon a Trump de apuntalar a candidatos no elegibles que costaron a los republicanos (rojos) el Senado, que se mantuvo bajo control demócrata (azules) y limitaron sus ganancias en la Cámara de Representantes.
Las divisiones del GOP también reflejan las fuertes frustraciones dentro del partido por el hecho de que el anuncio presidencial de Trump el 15 de noviembre en horario de máxima audiencia en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, ocurrió antes de que los resultados de algunas elecciones fueran definitivos.
Ahora están preocupados porque la influencia del exgobernante podría perjudicar las posibilidades del GOP en la segunda vuelta de las elecciones al Senado en Georgia, donde los votantes decidirán el 6 de diciembre si el legislador Raphael Warnock (demócrata) o el republicano Herschel Walker estarán en la Cámara Alta el próximo año.
Por su parte, se sintieron alentados por el fuerte desempeño del gobernador de Florida, Ron DeSantis (R), quien está mirando una carrera propia hacia la Casa Blanca en 2024.
En el lanzamiento de su candidatura, el exocupante del Despacho Oval utilizó su discurso de más de una hora para promocionar los presuntos logros de su administración (2017-2021).
Además, machacó el historial del presidente Biden; arremetió contra el FBI por registrar su propiedad de Florida durante el verano y tiró sus dardos a China.
Devolver el poder al movimiento MAGA (Make America Great Again/ Haz América grande otra vez o Que América vuelva a ser grande), es la manera de salvar el país, dijo.
El republicano es el único presidente en la historia de Estados Unidos que no ha sido capaz de superar el 50 por ciento de aprobación en ningún momento de los cuatro años de su presidencia.
Al abandonar la Casa Blanca, Trump tenía un 34 por ciento de respaldo y el promedio de este indicador a lo largo de su mandato fue del 41 por ciento, el más bajo desde que la encuestadora Gallup comenzó a medir tales registros en 1938.
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