Dos de las razones a las que el Gobierno atribuyó esta disminución son el aumento de la mortalidad a causa de la Covid-19, pues se estima que más de 62 mil personas fallecieron en el estado desde el inicio de la pandemia, y en segundo lugar la reducción en el número de inmigrantes.
El declive frenó una racha al alza que se remonta a la fundación del llamado Estado dorado el 9 de septiembre de 1850 tras la fiebre del oro, que provocó una avalancha de personas en busca de fortuna en el Oeste.
Las estadísticas siguieron al anuncio hecho la semana pasada por la Oficina del Censo de que California perdería un asiento en la Cámara de Representantes por su más lento crecimiento en la última década en comparación con otros estados norteamericanos.
Aun así, la población de California, de algo menos de 39,5 millones de habitantes, y su representación en el Congreso, sigue siendo de las más numerosas.
De 2010 a 2020, cerca de 6,1 millones de residentes abandonaron el estado y solo 4,9 millones llegaron de distintas partes del país, una diferencia que no compensaron nacimientos e inmigrantes, según un análisis de los datos del Censo realizado por el Instituto de Políticas Públicas de California.
En un año normal, ese territorio recibiría entre 140 mil y 150 mil extranjeros, pero en 2020 fueron solo 29 mil, un impacto directo de las medidas tomadas por la administración del entonces presidente Donald Trump, quien detuvo el flujo migratorio en el contexto de la crisis sanitaria.
Por ejemplo, los cierres globales a causa de la emergencia de salud provocaron un descenso del 29 por ciento en los estudiantes foráneos que viajan a California, lo que significó alrededor de 53 mil personas menos, acotó el reporte.
Entretanto, los nacimientos continuaron su descenso -reflejando la tendencia nacional-, mientras hubo un aumento del 19 por ciento en la tasa de mortalidad del estado en comparación con el promedio de los tres años anteriores.
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