El sondeo realizado por la empresa Savanta Comres para el Ejército de Salvación británico arrojó que el 67 por ciento de las personas entrevistadas dijo estar preocupada por la situación.
La Navidad debería ser un periodo de alegría, no de tristeza, afirmó Dean Pallant, teniente coronel de esa institución benéfica, tras apuntar que el hecho de que tantas personas tengan esa preocupación es una “alerta roja” de que la pobreza está aumentando en el país.
La preocupación es mayor entre las personas mayores de 65 años, y sobre todo en el este de Inglaterra, señala la encuesta, según la cual, el 16 por ciento de los dos mil 149 encuestados dijo que planea acudir a los bancos de alimentos para buscar los productos, mientras un 38 por ciento estaría pensando en saltarse la cena ese día.
Un 14 por ciento tampoco podrá darse el lujo de comprarle un juguete navideño a sus hijos, y un 18 por ciento espera acudir esa noche a alguna instalación donde no se cobre la entrada, para resguardarse del frío. El Ejército de Salvación, que calcula el costo de una cena navideña en unas 7,50 libras esterlinas (unos nueve dólares) por persona, anunció que tratará de suministrar tantos paquetes de comida como le sea posible para los más necesitados.
Pallant consideró que el Gobierno está tratando de ayudar a los sectores más vulnerables, pero advirtió que la capacidad de las autoridades de detener el incremento de la pobreza se ve peligrosamente disminuida por la inflación creciente y un porvenir económico muy oscuro.
El presupuesto otoñal anunciado por el Ejecutivo conservador liderado por el primer ministro Rishi Sunak a mediados de noviembre contempla un alza generalizada de impuestos y un fuerte recorte del gasto público, aunque propone mantener, y en algunos casos incrementar, los paquetes de ayuda para las personas de menos ingresos.
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